Juan Francisco “Capi” decidió opositar por intentar tener más estabilidad laboral, una de las motivaciones más comunes entre las nuevas generaciones de funcionarios. “Me apetecía abrir nuevos frentes, aparte de la empresa privada donde había estado muchos años” comenta relajado. Lo que le diferencia de la media es que “tenía ganas de estudiar otra vez después de tantos años”, algo que reconoce como una rareza.
A la hora de elegir academia tanteó varios centros y se decidió por SKR por la preparación personalizada: “Me dio la sensación de que iba a tener más trato con el preparador, que eran clases más pequeñas de alumnos, que me iba a sentir más controlado y apoyado”.
Los retos de su convocatoria, justo después de la pandemia, con todos los retrasos e incertidumbres que trajo, no consiguieron alterar el buen ritmo del grupo. Capi asegura que en general la experiencia ha sido muy buena. “Empezamos en formato presencial, pero luego el sistema online me pareció incluso mejor, podía aprovechar mejor las clases, Antonio [su prepa] estaba disponible en todo momento…”, recuerda.
¿El secreto del éxito? “Esfuerzo y paciencia”, dice convencido. Tienes que intentar dar lo mejor de ti en las clases semanales, en los test que te pone el preparador y que queda esa buena sensación de que ha terminado la clase y ha cundido la semana y al final el trabajo acaba saliendo”.
