Myriam resume su experiencia como opositora con bastante optimismo. “A veces las cosas no salen como uno las planea”, pero asegura que si tienes claro el objetivo lo importante es no desfallecer y seguir luchando hasta conseguirlo.
Tras varios años ejerciendo como abogada, Myriam se dio cuenta de que tenía vocación de servicio público, “algo que suena muy utópico”, reconoce, “pero siempre pensé que yo iba a aportar mucho más en la Administración. Entonces, en cuanto me casé conté con el apoyo de mi marido y dije corto absolutamente con el ámbito privado y me pongo a apostar por lo que realmente quiero, que es dedicarme al servicio público en el seno de la Administración”.
Su primera opción fue un cuerpo del subgrupo A1, pero “necesitaba un cambio”, explica. Investigando sobre posibles academias llegó a SKR por recomendación de varias personas, incluido su preparador anterior. Fue la metodología lo que terminó de convencerla para preparar las oposiciones al Cuerpo de Gestión de la Administración Civil del Estado.
Dice que su experiencia ha sido buena y corta, “he tenido suerte”, afirma con modestia, aunque seguramente todos los pasos previos la llevaron no sin esfuerzo hasta un éxito muy merecido. Lo único que lamenta es no haber podido convivir con sus compañeros de oposición debido a las restricciones sociales tras la pandemia. Pero se queda con todo lo positivo, “sobre todo los seminarios, que han sido super interesantes y me han aportado muchísimo durante la preparación. Me llevo un buen recuerdo de la academia”.
Para quienes siguen sus pasos en la presente convocatoria les aconseja ser flexibles consigo mismos: “A veces las cosas no salen como uno las planea. Yo me puse muchos límites desde el minuto uno y al final me di cuenta de que aquí si tienes el objetivo claro tienes que luchar hasta el final y rodearte de gente profesional que te aconseje. Mientras tengas ilusión, no desfallezcas, que al final se consigue”.