La Escuela de Gobierno y Transformación Pública SKR ha celebrado un nuevo Foro abierto: “Economía y geopolítica COVID y postCOVID” para el que ha tenido «el privilegio de contar con Federico Steinberg, un economista con una trayectoria brillante» tal y como señalaba la profesora de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública SKR Inés Crespo. Y es que Steiberg no solo es investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid, sino también Asesor Especial del Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea Josep Borrell.
Quizá por eso, este economista ve con clarividencia que los años 20 del SXXI van a venir muy marcados por la rivalidad entre China y los Estados Unidos. Para Steinberg «la pandemia ha acelerado fenómenos como el auge de Asia, la crisis del neoliberalismo y el auge de la digitalización» y en este marco China ha cobrado una nueva relevancia. «A Estados Unidos no le gusta tener a alguien que te contesta en el panorama y liderazgo mundial. Y a pesar del cambio de Administración en el Gobierno, Biden no va a modificar estructuralmente las relaciones con China”, añade.
Steinberg explica cómo esto se une al anhelo por parte de China de la aceptación mundial a su modelo de totalitarismo político y capitalismo económico. La potencia asiática considera que tiene que ser un país respetado. «China desea que no se plantee a nivel global que una democracia es mejor que una dictadura. Cuando les decimos que violan los derechos humanos, nos contestan que nosotros no nos comportamos precisamente bien con los inmigrantes que llegan nuestras costas», señala el investigador del Real Instituto Elcano.
«La pandemia ha acelerado fenómenos como el auge de Asia, la crisis del neoliberalismo y el auge de la digitalización»
Esta situación para Federico Steinberg va a llevar a un escenario en el que «la Administración Biden asumirá que hay ámbitos en los que hay que cooperar, como la lucha contra cambio climático. Otros en los que habrá que convivir, como en el seno de la OMC dada la vinculación de ambas economías. Y otros en los que reinará el antagonismo, como muestra el hecho de que los EE. UU. mantiene su política de desacoplamiento tecnológico respecto a China», explica el economista.
La hábil pregunta de la profesora de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública SKR, Inés Crespo, añade una nueva dimensión al debate. «La Unión Europea no quiere elegir entre los EEUU y China. Ahora bien, por un lado Biden pedirá a los europeos más acercamiento en favor de un creciente atlantismo. Pero mientras, para la Unión Europea, China es un mercado de exportación fundamental y ahora se tiene que ratificar el acuerdo de inversión UE-China, con lo que la tendencia es un engagement, que no es lo preferido por Biden», responde Federico Steinberg.
«El escenario postCOVID más probable es que se desacelere la globalización porque los procesos productivos no pueden trocearse indefinidamente»
Además, explica el investigador del RIE «este contexto se une a hechos como la voluntad de la Unión Europea de reformar instituciones como la OMC, de la que China no se muestra muy partidaria. También el escenario postCOVID más probable es que se desacelere la globalización porque los procesos productivos no pueden trocearse indefinidamente. Las industrias querrán depender menos de China y puede que veamos bloqueos de inversiones extranjeras en Europa», señala. Además Steinberg apunta a la “incipiente intención de la Unión Europea de regular estas situaciones cuando las empresas, por ejemplo las chinas, entren en competencia con las propias, las europeas”. De todo esto Steinberg concluye que “la Unión Europea tendrá que aprender que va a tener que hacer cosas que no le gusten a todo el mundo”.
Pero la geopolítica no va a ser el único reto que la Unión Europea va a tener que afrontar porque como señala Federico Steinberg «si a los europeos nos ha demostrado algo esta pandemia es que necesitamos más coordinación».
Que hemos entendido esto es, para el economista, lo que ha marcado la diferente respuesta dada por la Unión Europea en esta crisis respecto a la de 2008. «La crisis del COVID-19 ha sido completamente distinta a la crisis de las hipotecas subprime porque no ha habido culpas, por lo que nos merecíamos una respuesta coordinada. No se ha visto la desconfianza hacia los países del sur como en la crisis pasada y la prueba es que países como España e Italia han salido muy beneficiadas en los paquetes de ayudas que ha canalizado la Unión Europea como el Next Generation EU, el mayor paquete de estímulo jamás financiado a través del presupuesto de la UE», recuerda Steinberg.
«Además de avanzar de forma coordinada hacia la reconstrucción, estamos también en el camino de la unión fiscal y hay una predisposición a revaluar la deuda pública»
Y es que como explica, «este paquete de estímulo, junto al resto de mecanismo de financiación que se han puesto en marcha, son muy importantes para que no aumenten las divergencias y articulemos y consolidemos el sistema de dinero a cambio de mejoras en el seno de la Unión» y que, en su opinión, ha dado buenos resultados en distintos países de la Unión Europea. Como ejemplo pone a España y señala que «la lógica de la europeización española siempre se ha realizado con la exigencia de Bruselas, pero la historia demuestra que esto no nos ha ido mal».
Entre lo que nos van a pedir esta vez desde la Unión Europea menciona mantener la sostenibilidad fiscal, reducir gastos y subir impuestos, retrasar la edad de jubilación, mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones, indexar estas a la inflación (un poco más bajas a la entrada y para actualizarlas luego) o acabar con el desempleo de larga duración.
«La Unión Europea debe seguir trabajando para conseguir su autonomía estratégica»
Pero además de avanzar de forma coordinada hacia la reconstrucción, para Steinberg, la Unión Europea avanza coordinada en un escenario postCOVID en otros retos. «Estamos también en el camino de la unión fiscal y hay una predisposición a revaluar la deuda pública. Eso sí, los países endeudados como España, que puede llegar en 2023 a un 120-130% de deuda pública sobre el PIB, tenemos que responder bien a la Unión Europea, si crecen los problemas internos, podemos tener reacciones del norte. Pero hay optimismo», indica el investigador principal del RIE.
«Además, se está elaborando una política industrial renovada para ver si podemos tener grandes empresas como los EEUU o grandes plataformas online como tienen ellos. El debate de un mercado de servicios más unificados que armonice las fases fiscales entre los países suena ya. Los retos en una política de seguridad común son difíciles, pero hay avances. Y la coordinación para el desarrollo de una economía verde, digital e inclusiva ya es un hecho en el plan de recuperación europeo».
Al final, todas esta coordinación y medidas europeas deben responder a un único objetivo: «la Unión Europea debe seguir trabajando para conseguir su autonomía estratégica», concluye Federico Steinberg.
