El clic se produjo a raíz de una noticia sobre la soberanía del dato que partía de la idea de que el soberano es quien domina el estado de excepción. Una frase de Carl Schmitt que podría ser matizada, pues en la actualidad «el soberano es quien es capaz de controlar los datos», argumenta Martín en la entrevista.
Es el punto de arranque de La soberanía pulverizada (SKR Ediciones y Dextra Editorial, 2021) un ensayo que Kike Cortés, director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública SKR, califica como «una hibridación de lecturas», un acertado entramado de autores y conceptos clásicos y modernos cuya evolución nos ha llevado hasta la realidad del siglo XXI. Y en el escenario actual, el entrevistador lanza la pregunta clave: ¿Realmente hoy se puede hablar de soberanía nacional o está absolutamente desfigurada?
«Está por ver si la estructura básica de la democracia, sus elementos fundacionales van a permitir holguras o todos estos factores van a suponer la quiebra absoluta y tener que redefinir nuestro modelo político de aquí a unos años»
Según el autor , «son muchos elementos los que intervienen, afirmar categóricamente que el soberano es el pueblo… a día de hoy, hay que ponerlo en tela de juicio». Ante los desafíos presentes y venideros, Martín añade que «está por ver si la estructura básica de la democracia, sus elementos fundacionales van a permitir holguras o todos estos factores van a suponer la quiebra absoluta y tener que redefinir nuestro modelo político de aquí a unos años».
En este punto lude a la reflexión que Fernando Rey Martínez, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid, apunta en el prólogo del libro cuando asegura que «estamos en esa tesitura de ver en qué punto estamos y ver si esto se va a poder sostener o no».
El auge de los populismos y su papel dentro del sistema democrático o su supuesta capacidad para pulverizarlo es otro de los ejes centrales del ensayo publicado en abril de 2020 y de esta entrevista. «Estos movimientos se sirven del sistema democrático para alcanzar las instituciones y ante los problemas técnicos y las necesidades reales el populismo no sirve para dar respuestas», plantea Martín invitándonos a ahondar en el tema leyendo el primer número de la colección Micromiradas.
Cortés introduce en la conversación otro elemento clave de los últimos años: el retroceso de las libertades públicas en favor de la seguridad y se pregunta si el punto de inflexión fueron los atentados del 11-S, cuyo vigésimo aniversario tuvo lugar hace solo unos días. «La ciudadanía está dispuesta a hacer ciertos sacrificios de libertad en beneficio de una supuesta seguridad o de una mayor protección de los Estados», acepta Martín. Pero, continúa, «no hace falta irse a 2001, en 2020 la sociedad civil asume perder ciertos derechos con tal de sentirse segura». Este proceso ha calado de forma progresiva y casi natural en los ciudadanos: «Cuando eso permea y la sociedad lo asume, los gobernantes lo tienen mucho más fácil, porque no tienen que explicar el argumento, es la sociedad quien lo está demandando».
Una pregunta queda en el aire: ¿Es la democracia el mejor de los sistemas? Quizá puedan encontrar la respuesta o, al menos el camino para llegar a ella, en La soberanía pulverizada.
