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Un cambio de paradigma hacia la Gobernanza

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JOSÉ JOAQUÍN JIMÉNEZ VACAS

Sujetando, con suma curiosidad, entre nuestras manos, el tomo de la esencial obra The Wealth of Nations (Adam Smith, 1.776), se puede leer que según el sistema de la libertad natural el soberano solamente debe atender a tres deberes:

  1. la defensa de la sociedad contra la violencia y la invasión;
  2. el establecimiento de una exacta administración de justicia; y
  3. el deber de construir y mantener ciertas obras e instituciones públicas, nunca en interés particular.

Es un hecho patente de nuestros días que este paradigma de sistema político ha cambiado de forma perceptible y que hoy puede resultar cuanto menos insuficiente.

Tampoco es la primera vez –es cierto- que una tesitura política como la que hoy vivimos se produce en el mundo. Así, en Época Feudal, la figura del Príncipe se imponía como única detentadora del poder (el poder radicaba en su persona).

Llegó un momento, sin embargo, en que esta estructura de poder sustentado en el factum principis y asimilado a la personalidad de un monarca no pudo asumir un cambio en la sociedad que se hizo patente: el que vino de la mano de las grandes conquistas y de los grandes descubrimientos.

Nicolás Maquiavelo aventuró, entonces, lo que sería una nueva realidad sustentada en el concepto de Estado. Los primeros Estados modernos surgieron, así, en Italia y en España. Con el Estado, el poder ya no lo personificaba el príncipe (no resultaba el monarca dueño del poder, del territorio y de sus habitantes) y el mismo se traslada a las llamadas instituciones de Estado, que no se suceden, sino que se ordenan y permanecen a través del tiempo por encima de las personas que las desempeñan o detentan. Surgieron entonces, con objeto de poder definir esta nueva realidad organizativa y social, conceptos como el de Estado y de Razón de Estado.

Un cambio social supone la definición de este nuevo paradigma: el de Estado, definido por un territorio, una población y un poder político, plasmado y regido por el Derecho.

Bodino justificó esta nueva estructura de Estado sobre la monarquía absoluta. Con la irrupción de un nuevo paradigma que surgió de la mano de la revolución industrial, se necesitó, nuevamente, un cambio de sistema, dado que volvió a hacerse patente que el anterior –la monarquía absoluta- dejaba de servir eficazmente para gobernar.

Este cambio de paradigma se manifestó en la Ilustración.

La Ilustración cambió el sistema político haciéndolo sustentarse sobre un poder de la clase burguesa fundamentado en la democracia, es decir, sobre una desposesión del poder absoluto en favor de los ciudadanos. La Nación son los ciudadanos, titulares de la soberanía, del poder y del Derecho. Y el Estado es la estructura donde se organiza ese poder, a partir de una Constitución.

Y en este paradigma hemos vivido desde entonces y poco menos que hasta hoy cuando de nuevo, se observa un cambio social producido de la mano de la globalización, que vuelve a requerir de reformular el sistema.

La globalización y sus manifestaciones son los nuevos hechos. Internet (como lo fue la imprenta en su momento) lo está revolucionando todo.

Así, el concepto de territorio y de frontera han cambiado, el concepto de población también se ha reformulado de la mano de los fenómenos migratorios y el concepto de poder político se ha “desbordado” en su síntesis y parámetro actual, dado que hoy, puede decirse, existen muchos más conceptos de poder.

Hoy día, abiertos los periódicos por su primera página, Estados y regiones pasan a un segundo plano y no se entiende la política mundial ni la de los territorios sin un marco globalizado y sin el necesario concurso e intercambio de actores a escala global tales como son el G-8, el G-20, la Liga Árabe, la Organización de Naciones Unidas (ONU.) y su Consejo de Seguridad, la Commonwealth, la Unión Europea (UE.), sus Instituciones y la Zona €uro, el Consejo de Europa, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN.), la Unión de Estados Africanos (UEA.), el MERCOSUR Latinoamericano, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE.), o las llamadas economías emergentes: países como Brasil, Rusia, la India y China (los países BRIC), o los llamados cuatro tigres del oriente: Tailandia, Taiwán, Corea del Sur y Singapur.

En esta nueva tesitura, se impone en la actualidad un sistema confuso y poco claro, sin pureza ni reglas tajantes del juego. Cabe sólo reflexionar y preguntarse entonces, ¿cómo gobernar en el panorama de la globalización?; hallándose la respuesta en el concepto, hoy también difuso, de la Gobernanza.

Sobre la ponencia de José Joaquín Jiménez Vacas “Ética pública y gobernanza”, dentro del ciclo de conferencias “Ética profesional”, en el marco de la Cátedra Interuniversitaria Tomás Moro. Las personas que asistan al 80% de los eventos programados pueden obtener un certificado. Regístrate AQUÍ.
José Joaquín Jiménez Vacas es Doctor en Derecho y Técnico Superior de Administración General de la Comunidad de Madrid. Preparador del mismo cuerpo en SKR. Autor de la monografía “El acto de certificación. Análisis de la función certificante del secretario de los órganos colegiados de las Administraciones Públicas”.

Consultas para ampliar conocimiento sobre la materia:

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