El sector en el que trabajaba Rosa empezó a tambalearse y ella necesitaba reconducir su carrera. Eligió opositar a Gestión del Estado por la polivalencia funcional del cuerpo. El apoyo de los preparadores y de los compañeros ha sido fundamental para ella, madre divorciada con muy pocas horas disponibles.
MARTA GÓMEZ PEÑARRUBIA | Comunicación. Funcionaria CGACE.
El mundo de la banca se convirtió en territorio hostil para Rosa y tras unos años “dando saltos” entendió que necesitaba estabilizarse. Quería enfocar su nuevo camino en algo que le gustara y que fuera lo bastante genérico como para aprovechar sus estudios previos de Administración y Dirección de Empresas. Opositar a Gestión del Estado fue la respuesta: “Es un cuerpo que nos permite tocar muchos palos dentro de la Administración”.
“Yo solo sabía cosas de finanzas”, nos cuenta recordando sus primeras clases. Asegura que opositar es muy duro, que siempre te falta tiempo… pero que se puede conseguir. Ella lo hizo con una situación personal algo compleja, que la obligaba a cambiar de horarios de forma habitual. “Divorciada y con hijos no era fácil, pero tanto los compañeros como los preparadores han estado siempre ayudándome y pendientes de mí… Sobre todo en momentos de bajón, cuando crees que no puedes el grupo tira de ti.”
Rosa eligió SKR por recomendación de un familiar que había aprobado otra oposición y aconseja a otros opositores informarse bien antes de elegir el cuerpo y la academia. Recuerda, además, la importancia de no perder los nervios durante el proceso: “Esto es una carrera de fondo, no un sprint. Y el premio es lo mejor: la plaza y la tranquilidad”.