Belén de la Concha eligió trabajar para los ciudadanos por vocación personal y tradición familiar. Compaginar distintas oposiciones la ayudó a afrontar los suspensos con positividad y al final consiguió su plaza como Técnico Superior de la Comunidad de Madrid. Aunque el proceso para ella ha sido largo asegura que la recompensa merece la pena.
PATRICIA SILVA | JULIA MÁRQUEZ
La vocación de trabajar para los ciudadanos fue determinante en el caso de Belén para opositar. La experiencia de familiares, varios de ellos funcionarios también, terminaron de convencerla.
A pesar de tener tan clara su decisión, la experiencia no ha sido fácil. Suspendió los exámenes de acceso al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado en dos ocasiones, pero siguió preparando, compaginando el estudio con el Cuerpo de Técnicos Superiores de la Comunidad de Madrid aprobó TAG Madrid, en el que finalmente obtuvo plaza.
Es consciente de que los obstáculos son propios del camino, asegura que muy poca gente que conozca aprueba a la primera. Pero aunque sea un proceso lento, en su caso de cinco años, no duda en recomendar a otras personas seguir sus pasos: “Independientemente de las dificultades en el camino, que te encuentres solo, en el que sufras algún suspenso, al final es un esfuerzo que merece la pena”.