David Penado siempre ha creído en el poder transformador de las políticas públicas para mejorar la vida de la gente y conseguir sociedades más justas, equitativas y sostenibles. El gran abanico de opciones profesionales para desarrollar su carrera como directivo público fue determinante para elegir opositar a un Cuerpo Superior de la Administración General.
MARTA GÓMEZ PEÑARRUBIA
Sentía que opositar era la mejor oportunidad de enlazar toda su experiencia profesional previa con lo que quiere hacer en la vida para sentirse realizado. Para David Penado trabajar como directivo público conecta con sus valores: “Siempre he creído en el poder transformador de las políticas públicas para mejorar la vida de la gente”. Por eso decidió opositar, porque desde el principio supo que formar parte de la Administración Pública le permitiría trabajar por construir “sociedades más justas, más equitativas, más sostenibles”.
Esta vocación de servicio público no nace de la noche a la mañana. En el caso de David se fue consolidando gracias a sus prácticas en la Comisión Europea, su paso por la embajada de España en Dubai o su trabajo en empresas multilaterales como el Banco Interamericanos de Desarrollo.
Pese a su determinación reconoce haber sufrido muchos altibajos. “Es un camino muy largo de frustraciones cuando no apruebas a la primera, como ha sido mi caso, pero al final ha merecido la pena”, nos cuenta con una sonrisa llena de orgullo. Y está tan convencido de ello que, aunque ha aprobado la oposición a Técnico Superior de la Comunidad de Madrid, sigue preparando el acceso al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, su opción inicial que no quiere dejar a medias.
Así que David predica con el ejemplo y anima a otros opositores: “Aunque hay momentos duros en los que te sientes muy desanimado, esto es una carrera de fondo. Si Te empeñas, terminas consiguiendo el objetivo”.