«Tenemos muy arraigada la idea de que opositar implica sufrir y no tiene por qué ser así». Es la idea en la que la psicóloga Lucía Matesanz insiste constantemente cuando trabaja con opositores. Nosotros la tenemos también incluida en nuestra OPOphilosophy: es importante conocerse y aprender de uno mismo para ser capaces de identificar cuándo estás en tu mejor momento y cuándo tienes que ralentizar la marcha y tomar aire. Debes saber, si eres novato en esto de opositar, que este camino no es sencillo, por ello, es importante cuidar tu salud mental.
Para aprender a gestionar el estrés primero debes identificarlo. La psicóloga Lucía Matesanz, especializada en gestión del estrés y la ansiedad de los opositores, asegura que los avisos son múltiples y variados: «me da por comer, me da por fumar, morderme las uñas, inquietud motora… Necesito hacer cosas para no enfrentarme al momento de estudiar, porque me recuerda al examen y es lo que me genera malestar».
Los síntomas físicos más comunes son dolor de cabeza, insomnio, contracciones musculares o respiración acelerada. Así mismo, tiene consecuencias a nivel psicológico como ansiedad, cambios de humor, irritabilidad, dificultad para mantener la concentración e incluso pérdida de memoria.
Una vez que le hemos puesto nombre a esta sensación de agobio, es momento de saber qué la ha causado. Haz un examen de conciencia tratando de averiguar de dónde vienen esas preocupaciones y si son necesarias o justificadas. Existen dos tipos de factores que causan el estrés. En primer lugar, los factores externos, en el caso de un opositor puede ser el entorno familiar o laboral. Y en segundo lugar, factores internos, dónde podemos enmarcar las preocupaciones relacionadas con el contenido o la cantidad del temario o la aproximación de la fecha del examen.
Muchos de nuestros alumnos se han tenido que enfrentar a situaciones que afectan a su salud mental en mayor o menor grado. Daniel Fernández relacionaba esta situación con el proceso de normalización que atraviesan los opositores y se preguntaba en este análisis sobre la condición intelectual del opositariado si «no nos monitorizamos, muchas veces a costa de nuestra salud mental; si no adoptamos, o simulamos adoptar, una forma de ver el mundo a partir de lo que se nos exige para sacar la plaza».
Cada opositor debe crear su propio método, es la idea que desarrollamos en el tercer punto de nuestra OPOphilosophy. No todos podemos estudiar las mismas horas ni rendimos igual en cada situación. Las circunstancias personales, familiares y laborales también nos condicionan. No podemos dar el 200% todo el tiempo, a veces hay que saber bajar el ritmo para que esta carrera de fondo no nos desgaste antes de llegar a la meta.
Lo corrobora Matesanz y añade que la preparación psicológica es una herramienta fundamental para evitar ese desgaste. La autoexigencia y la disciplina de estudio son imprescindibles para superar la oposición, pero, debemos marcarnos objetivos sostenibles y realistas para que el cansancio no se acumule y la frustración no derive en un descenso del rendimiento.
Nuestra psicóloga de cabecera nos da también algunos consejos para afrontar mejor las situaciones de estrés, en general, y la ansiedad de los opositores, en particular. El mindfulness y la importancia de «poner la atención plena en lo que estoy haciendo en ese momento», la necesidad de respirar correcta y conscientemente «para calmar la mente y aprender a bajar las revoluciones» son algunas de las técnicas que propone para hacerle frente
Otro peligro asociado al estrés y la ansiedad es la evitación. Cuanto más evitas afrontar algo más lo recargas emocionalmente, más te va a costar enfrentarlo y mayor malestar te va a generar. Por ello es clave aprender a gestionar para dejar de evitar y hacer frente a la situación de que se trate de forma más saludable..
¿Pero cuál es el truco que utiliza la experta para mantenerse siempre relajada? Es el poder de la fisiología, afirma convencida: «Al final del día ponte música relajante y deja que todo fluya, controla tu respiración en cuatro tiempos y ve estirando cada grupo muscular poco a poco… Verás que tu mente se relajará, que dormirás muchísimo mejor y que al día siguiente, el día del examen, ¡no habrá quien te pare!»
Habrá que probar.
