Publicamos un nuevo ensayo dentro de la colección Micromiradas: 10 razones para una dirección estoica, de Miguel Ángel Martín (SKR Ediciones y Dextra Editorial, 2025). Coincidiendo con el lanzamiento, el autor firmará ejemplares en la Feria del Libro de Madrid el 12 de junio a partir de las 17:30 en la caseta 35 – Asturlibros.
KIKE CORTÉS DE ABAJO | Director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública SKR
“Piensa en lo posible, ignora lo imposible”. Esta frase, expuesta de manera tan sencilla hace más de 2000 años por los pensadores estoicos, encierra en sí misma toda una guía para gobernarse hoy en la vida con la serenidad necesaria para no perder el sentido y el orden. En una época de turbulencias e incertidumbres como la que vivimos actualmente tener un decálogo de razones que desarrollen lo que encierra esa cápsula de sabiduría, que es precisamente lo que hace este libro, es una forma de otorgar orden y sentido estoico a la forma de actuar en la vida, tanto de las personas como de las organizaciones.
Si uno pasea por las librerías y analiza con detenimiento los libros dedicados al equilibrio personal y a la dirección de organizaciones observará que el crecimiento de la propuesta de títulos tiene como eje fundamental la búsqueda del equilibrio y la guía de la razón cuando, precisamente, alrededor se produce todo lo contrario: explosión de la ansiedad personal y desorden e incertidumbre contextual.
“Una brújula para no desorientarse en la dirección de las organizaciones”
Precisamente, no de manera premeditada sino casual y afortunadamente oportuna, me encuentro actualmente con dos libros en lectura combinada: The Anxious Generation: How the Great Rewiring of Childhood Is Causing an Epidemic of Mental Illness, obra escrita por Jonathan Haidt y Sirens’ Call: How Attention Became the World’s Most Endangered Resource que tiene a Chris Hayes como autor. El primero es un acertadísimo análisis de la situación de desbordamiento de las capacidades de autogestión en un entorno incierto y de la multiplicidad de factores incontrolables que está desembocando en un tsunami emocional en los individuos y convirtiendo en la ansiedad en una enfermedad en estado constante de metástasis. El segundo, por su parte, aborda los problemas que tenemos en la actualidad, a nivel individual y social, para dedicar un recurso tan preciado como es nuestra atención realmente centrada en los asuntos que realmente importan. La ansiedad como síntoma y el cuidado de la atención como herramienta sosegada y templada en la toma de decisiones son precisamente dos asuntos de radical actualidad que el estoicismo como filosofía práctica afronta.
Atinadamente, el principio central del estoicismo es la dicotomía del control: debemos enfocar nuestras energías solo en lo que podemos controlar y aceptar lo que no podemos cambiar. O dicho de manera más sencilla: aprender a distinguir entre lo que depende de nosotros y lo que no. Este enfoque reduce la ansiedad y nos permite tomar decisiones más conscientes, sin quedar atrapados por emociones destructivas.
“Un ejercicio de análisis vigoroso y certero de la actualidad social, institucional y política”
Es, de esta manera, una brújula más vigente que nunca para no desorientarse en la conducta personal y en la dirección de las organizaciones. En la vida personal, porque los principios estoicos ayudan a cultivar una mentalidad resiliente: la práctica diaria de la gratitud, la visualización negativa (imaginar la pérdida para valorar lo que se tiene) y el enfoque en la virtud —actuar con justicia, sabiduría, valentía y templanza—, fortalece el carácter y promueve una vida más equilibrada. Y la dirección de las organizaciones, porque los principios estoicos se traducen en liderazgo ético, toma de decisiones racionales y culturas laborales más humanas. Un líder estoico no busca controlar todo, sino enfocarse en lo que puede mejorar: su actitud, sus palabras, su ejemplo. Frente a la incertidumbre o el fracaso, el estoicismo invita a mantener la calma, aprender de la experiencia y avanzar con propósito. Además, al fomentar una visión de largo plazo y una ética del deber, el estoicismo ayuda a construir equipos más sólidos y coherentes, donde el bienestar común pesa más que los intereses individuales.
El libro que el lector tiene en sus manos desmenuza de manera apasionada y apasionante los principios del estoicismo sirviéndose de un decálogo que ordena las razones de la vigencia actual de esta filosofía milenaria. No se trata de un libro de filosofía sino de afirmación actual de su vigencia y de la gratificación de su praxis. Es así como el hilo de Adriana que nos invita a encontrar el camino de regreso al equilibrio y la toma de decisiones presididas por la serenidad y la templanza. Uno se encontrará junto a Séneca, Marco Aurelio y Epicteto a una miríada de voces actuales que claman vigorosamente por reafirmar hoy sus enseñanzas. La bibliografía que da soporte a este libro, sabiamente elegida y cuidada, es otro de los regalos con los que su autor nos invita a seguir aprendiendo si, como esperamos, el autor despierta la curiosidad para entender los mecanismos que mueven hoy el mundo en el que vivimos. La introducción es, en sí misma, un ejercicio de análisis vigoroso y certero de la actualidad social, institucional y política que ayuda a dar contexto actual a la vigencia que se propone, y consigue, acreditar su autor.
“Ayuda a construir equipos más sólidos y coherentes, donde el bienestar común pesa más que los intereses individuales”
Con esta publicación en nuestra Colección Micromiradas queremos contribuir, de la mano de Miguel Ángel Martin, a que las personas y las organizaciones puedan apropiarse, de forma estructurada y ordenada de las virtudes del estoicismo.
Gracias Miguel Ángel por tu generosidad intelectual y personal y por el buen tino no solo en la elección de la materia sino también por el uso cuidado de un tesoro tan poco protegido hoy en día: el lenguaje. Y gracias, muy especialmente a ti lector, porque en estos momentos en el que los cantos de sirena reclaman nuestra atención continuamente para cometidos superficiales has decidido dedicarla a fortalecerla dedicándola a una lectura sosegada y reflexiva; a una lectura estoica.